Rafael Giménez Domenech, especialista en medicina interna del Hospital San Juan de Dios de Córdoba, explica que, aunque el hecho de que estos medicamentos solo puedan retirarse bajo prescripción médica ha dificultado el acceso libre, se siguen desarrollando comportamientos que contribuyen a un mal uso y hacen que este no resulte efectivo cuando realmente su administración es necesaria.
Como pautas básicas para una correcta administración, Giménez Domenech subraya que los antibióticos solo deben tomarse bajo prescripción médica y «una vez que se prescriba, porque el médico lo considere oportuno, completar el tratamiento tanto en dósis, como en duración. Esto es muy importante, porque si no se favorece la resistencia del antibiótico». Además, en el caso de experimentar efectos secundarios, se debe informar al médico para que este pueda sustituirlo por otro que se tolere mejor.
«Aunque hoy en día existe una cantidad importante de fórmulas farmacológicas con actividad antibacteriana, estas siguen siendo limitadas, por lo que hay que evitar comportamientos que hagan que las que existen generen resistencia. Además, hay que recordar que los antibióticos pueden tener efectos secundarios», destaca Giménez Domenech.
El especialista en medicina interna recuerda que los antibióticos se utilizan para tratar infecciones bacterianas y carecen de efecto contra los virus, del resfriado o la gripe, por ejemplo o los hongos, sin embargo, su prescripción es habitual en enfermedades comunes como amigdalitis, sinusitis, infecciones de orina o bronquiales, siempre y cuando estas estén provocadas por bacterias.
De cualquier modo, y como conclusión, la pauta general que nunca debe evitarse es que cuando se comience a experimentar una sintomatología que pudiera llevar aparejado un origen bacteriano se consulte al médico y se sigan todas sus indicaciones.